Gente que todo lo hace bien: Quique Dacosta. Y no voy a descubrir su talento creativo, innovador, audaz e inagotable. Quiero resaltar su capacidad para crear restaurantes de todo tipo y la elegancia que pone en todos ellos. Hasta en los más populares, como este Llisa Negra, en el que aparece su yo más valenciano. Un sitio que quiero que esté en más ciudades porque… ¿por qué hay que tener cientos de japoneses y ni un buen valenciano?
Valencianismo que empieza con un buen pan con tomate y ajo y un tomate verde en salmuera que llena el paladar de huerta.

Después, los buenos mariscos de esta carta: un suculento salpicón de centolla con crema agria y cebollino que consigue ser fresco y ligero.

Las gambas de Dénia siempre son una joya y simplemente al josper, con sus toques a madera, toda una fiesta. Quique las pone hasta en sus menús más sofisticados porque está muy orgulloso de este gran producto de su tierra de adopción. Y se entiende.

Pero como para mí es mejor el más es más, me ha encantado el excelente carabinero al horno porque tiene también la gracia de un sabroso y cremoso gratin de erizo y kimchi que le da alegría centuplicando los placeres.

¿Y como se hace para que casi guste más que el marisco una simple berenjena? Pues siendo un genio. Al josper, con melva y dos salsas: caldo de verduras y holandesa, se convierte en un plato delicioso y lleno de matices.

Aunque casi me quedo con esa perfección (gastronómica y dietética( porque tiene de todo y todo sano) de la paella valenciana. Al fuego de leña de naranjo tiene un grano firme y regio, casi nada de grasa y un socarrat que hace olvidar el resto.

Como todo lo ha elegido él en este almuerzo fallero, un postre nuevo que me ha encantado (crujiente hojaldre, con espuma de nuez y calabaza con sus pipas garrapiñadas y un toque de naranja) y una soberbia tarta de queso de oveja de variadas cremosidades (de más a menos) e intenso sabor.

Otra elegancia del chef: servicio de tres estrellas en todos sus locales. Hasta en las Fallas mantienen la profesionliadad y el gran estilo.
No se lo pierdan e incluso vayan exclusivamente hasta Valencia para conocerlo. La comida merece la pena y Valencia no digamos.
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