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El marqués de Valflor, rey del cacao

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Hoy, un dos en uno, un bellísimo hotel y un excelente restaurante.

Encontrar grandes hoteles históricos en Portugal, no tiene mucho mérito, está lleno. Hallar un buen restaurante es más difícil. Parecerá sorprendente, porque muchos afirman que la cocina portuguesa es magnífica. Puede ser verdad si se gusta del buen producto o de cocina popular y nada evolucionada en general y más en particular de bacalao, patatas, cebollas y guisos contundentes. Pero si lo que se busca es la estilización de la cocina tradicional, al modo de lo hecho en Francia o España, o simplemente, alta cocina, la cosa se pone muy muy difícil porque Portugal es la tierra del tradicionalismo y la prehistoria gastronómica.
El Pestana Palace es el antiguo palacio del marqués de Valflor, rey del cacao a principios del siglo XX, gracias a sus inconmensurables posesiones africanas. El marqués, hombre hecho a sí mismo y ansioso por «épater le bourgeoisie» se construyó un palacio a la medida de sus fabulosas riquezas abrazándolo con una jardín lleno de árboles, plantas y flores traídas de todo el mundo. Los artesanos portugués e se mezclaron con los que llegaron de Italia, Francia y España. El mejor en lo suyo era llevado para pintar frescos, tallar molduras, emplomar vidrios o pulir mármoles. El resultado, un panegirico al lujo y a la belleza, una belleza demasiado ostentosa a veces, pero tamizada ahora por el paso del tiempo.
Todo el restaurante esta abierto a los jardines desde dos salones, el azul y el rojo, por la mañana cuajados de luz y en las noches iluminados por la tenue y dulce luz de las velas. Grandes vajillas con el escudo del marqués, cuberterías de plata, flores frescas y manteles de hilo conforman un perfecto y romántico ambiente de otro siglo.
La cocina no desmerece el lugar aunque no lo alcance y realiza un notable esfuerzo por modernizar sutilmente las contundentes recetas portuguesas. Tienen un buen foie casero con pan de especias y una deliciosa y portuguesísisma compota de calabaza, un excelente bacalao con grelos y batata, buenas y tiernas carnes mirandesas y las mejores trufas de chocolate negro que se pueden encontrar, tanto que invitan a pedir más cuando llegan con el café. Se puede hacer, porque el amabilísimo servicio de todo el hotel está entrenado para complacer al cliente en sus más mínimos deseos. Como debe ser!
Para enamorados que quieren enamorarse más, para desenamorados que quieren darse una oportunidad, para enamorar y enamorarse o para quién no está enamorado pero querría estarlo.

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Un comentario en “El marqués de Valflor, rey del cacao

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