Paso demasiado poco tiempo en Marbella (qué mal hecho) y siempre tengo demasiadas cosas que hacer, así que aún no había ido a El Lago, del joven y talentoso Fernando Villasclaras. Y eso que todo el mundo me había dicho que era un gran sitio. Por segunda vez. Y digo esto tan raro porque con Fernando está teniendo una segunda vida, manteniendo y renovando el gran nivel en que lo dejó Diego Del Río, un gran chef con el que consiguieron una estrella Michelin y que ahora se ha hecho cargo, como ya les conté, de Boho Club.
Por fin he ido y ya les puedo decir que me ha encantado. Y eso que, llenas mis noches por Starlite, solo he podido probar su cocina más informal que es la de mediodía y que ahora se llama Midi. El sitio está en un club de golf y el entorno es precioso. Tampoco está mal el restaurante, sobrio y austero, en un estilo algo anticuado.
Hay gran nivel, originalidad y belleza de platos. Y encima a buen precio. Me han entusiasmado las patatas bravas con las que hemos empezado y que son increíblemente hojaldradas, lo que les da una textura única y un sabor diferente. Una patata de muchas capas que renueva y refina esta receta de siempre y que a todo el mundo encanta, La salsa con puntos de espesura y picante excelentes, está simplemente impresionante.


Después, Fernando se luce con una simple ensalada porque me han parecido fantásticos los tomates huevo de Coín con albahaca frita y aliño delicioso. El toque de albahaca es fresco y aromático y frita tiene más sabor y mejor textura. Usa muchos buenos productos de la zona y estos tomates son extraordinarios, como también el aceite del aliño que asimismo acompaña al estupendo pan de masa madre con el que hemos disfrutado durante toda la comida.


También espectacular un canelón relleno -de una farsa de atún picante muy rica- rematado con manzana verde. El canelón es de aguacate, cosa que me encanta, y que le da mucha vistosidad; el conjunto del plato es fresco y aparentemente sencillo, pero hacerlo no lo es tanto y encontrar equilibrio entre esos variados sabores, menos aún.

No tan conseguidas están las croquetas de chorizo. Supongo que son una exigencia de los golfistas gourmets que acuden a este restaurante, porque no olviden que es el del golf. Tampoco le deben disgustar al chef porque nos las ha puesto. Están buenas y son diferentes, pero prefiero las tradicionales y una bechamel más cremosa. Por lo demás son crujientes y sabrosas y, quizá en otro sitio de menos nivel me habrían gustado más.

El pequeño descenso se me ha olvidado rápido porque, gracias a la imaginación y la chispa, un simple higo asado en un kamado (semicrujiente la piel y cremoso el interior) con tartar de atún se vuelve un bocado impresionante.

También refina los bocadillos ya que el brioche de lomo de orza es un pan al vapor -que todo el mundo hace y pocos saben hacer- perfecto con ese buen relleno y además, emulsión de sus ajos confitados. Muy rico también el de atún y piparra.

Ya íbamos sobrados, pero todo estaba tan bueno que hemos pedido más y hemos acabado con una gran carrillera guisada con una salsa densa e intensa y unas ricas patatas panadera rebosantes de cebolla y pimiento verde. La carne tiernísima, pero lo mejor esa salsa profunda y exquisita.

De postre me ha encantado el soberbio flan de nata, de esos que están muy de moda ahora y que inundan la boca de cremosidad aterciopelada porque son más de nata que de huevo. “Flanean” menos pero la textura es inmejorable.

Aunque faltaba casi lo mejor, la sorpresa final, un postre de la noche, como él lo llama: tarta clásica y canónica de requesón y fresa con un increíble y diferente helado de albahaca. Un postre de gran nivel y enorme belleza que me ha sabido a poco (y ya era difícil a esas alturas…)


La verdad es que me muero de ganas por volver y aún más por la noche, al menú más elaborado y complejo. Háganlo por mi, por favor, pero si no, vayan a cualquier hora que las vistas de el lago, con sus patos, sus peces y hasta su tortuga, son plácidas y muy zen, y la comida espléndida
Tenía entendido que la primera Estrella Michelin la obtuvo la cordobesa Celia Jimenez. Saludos
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Muchas gracias. Puede que así sea. La verdad es que no lo conocí entonces. Voy a comprobarlo
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