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Mudrá Plant Based

Odio las autolimitaciones (salvo que sean por prescripción facultativa) y amo la libertad (también la de ser vegano) de elegir entre muchas cosas, la mezcla, la abundancia y la diversidad. Así que se preguntarán qué hacía alguien como yo en un sitio como este, el bello y muy vegano Mudrá Plant Based.

Según mi anfitrión, había que abrirse pero yo repuse que, por muy cool que sea esta tendencia, significa limitarse, y justamente lo contrario, cerrarse. Todo me gusta, todo me sienta bien y no tengo problemas éticos para comer otras cosas que no sean vegetales. Así que por qué un restaurante vegano (salvo para quien lo sea). Pues no sé porque, aunque me habría comido todas las hortalizas encantado (son base en mi dieta, las adoro, quede claro), la hamburguesa habría sido mucho mejor de buey y no de lentejas y tofu. Diversidad.

Dicho esto, me ha gustado mucho el sitio que es una monada de blancos y rosas, envueltos en luz, y está poblado de gente guapa, a la última (cómo no) y dominada por un cierto estilo pijidesign.

La comida está tan rica como llena de disparates, impuestos por sus limitaciones. Por ejemplo, la espuma del pisco sour no es clara de huevo sino del agua de cocer los garbanzos (no es broma) y la hamburguesa, perfecta como engaño a la vista y bastante rara, ya está dicho de qué es. Los vinos más ecológicos y orgánicos que ricos. Soy más de buenos vinos, lo sean o no… Prefiero la calidad a cualquier otra cosa.

Lo más “normal” es muy rico y excitante. La causita típica peruana se hace con patata rosa, espárragos, bimi, crujientes hilos de batata fritos, alioli de aceitunas y aguacate y una espectacular y sabrosa salsa huancaina. Está llena de sabor y texturas y además, resulta bonita y colorida.

Me ha encantado también el impecable humus con una deliciosa berenjena china asada y una estupenda salsa de soja e ito toragashi que le da el puntito picante.

Pero para maravilloso picante, el del ají limo con pimentón picante que domina espléndidamente el tiradito de alcachofas, fritas y crujientes después de confitadas con ají amarillo y almendras. Además, tomatitos cherry, batata y aguacate asado.

Los segundos son más complicados porque fingen carnes, como el caso ya comentado de la hamburguesa o de mi moussaka de berenjenas con bolognesa de portobellos, nueces y arándanos desecados con bechamel de patata. Hay texturas parecidas a la carne picada y el sabor es suave, demasiado, porque falta su fuerza.

Con los postres se vuelve a los gustos más comunes y generalizados porque, como en el caso de la entradas, muchos de los que nos gustan pueden ser perfectamente aptos para veganos: me ha parecido exquisita la tarta de chocolate negro de intenso y delicioso sabor. La consistencia de la crema es estupenda y se anima con pedacitos de chocolate que aportan notas crujientes. La base es de brownie y aún lleva unos cuantos frutos rojos

Ya sé lo que están pensando porque después de leído se opina lo mismo que después de escrito. La conclusión es igual: que por qué me quejo tanto si me ha encantado. Pues por lo mismo que ellos imponen tantas normas, cuestión de filosofía de vida. Salvo estos prejuicios, vale la pena porque hay mucha inteligencia y más cocina. Si lo dicho no es un problema y quieren estar a la moda y a la última, es muy recomendable.

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Soy Kitchen a domicilio

Aún recuerdo mi primer post sobre Soy Kitchen y lo mal que puse al sitio, sobre todo al lugar. La comida fue estupenda porque unos divertidos y muy interesantes amigos nos llevaron al feísimo restaurante y los platos ya me sorprendieron entonces pero tanta fealdad y descuido y que el inefable chef Julio Zhang no estaba de muy buen humor aquel día provocaron que no volviera. La reconciliación llegó cuando se trasladó a un bonito restáurate en una zona aún mejor y eso pareció endulzar su carácter. Por fin, había encontrado el lugar idóneo para su chispeante y sabrosa cocina china llena de ingredientes y algún toque español. Desde entonces soy cliente asiduo por lo que ha sido una alegría saber que empezaba su servicio a domicilio.

Y pensar que hace unas semanas me quejaba de la poca variedad y calidad de esta comida y hora se ha cumplido esa suerte de maldición que dice “lo peor de los sueños es que a veces se convierten en realidad”. Ahora son demasiados y esta semana hasta he llegado a probar tres para poder contarles cuando yo con pedir el fin de semana ya tengo bastante pero es que ya están muchos y me apetecen todos.

La carta de Soy Kitchen a domicilio es amplia y muy atractiva e incluye platos que van desde los 8€ que cuentan unos estupendos dim sum hasta los 17.50 de la corvina en curry rojo. También hay dos menos completos muy atractivos pero hemos preferido pedir a la carta. Todo ha llegado puntual, con un buen empaquetado y aún caliente, tanto que no ha habido que calentar casi nada.

Para empezar, los dim sum de cerdo y zanahoria con pimienta de Sichuan, un delicioso clásico de la casa que destaca por la finura de la pasta que es realmente deliciosa. El relleno un punto picante, me encanta también los hemos cómodo con las tres salsas que ofrece: agripicante que, aun algo grasa es mi preferida, agridulce y especial de soja Julio.

La otra entrada elegida ha sido la dorada ahumada con berenjena china, más parecida a una ensalada que a un pescado y muy refrescante. Las lonchas de dorada ahumada esconden una rica berenjena estofada y el plato se completa con lechuga y rodajas de chile fresco.

Me han encantado las verduras de temporada al wok. De acuerdo que es un plato muy sencillo pero está sensacionalmente realizado y además, me encantan las verduras. Mezcla texturas blandas y crujientes y contiene gran variedad en perfecto punto de sazón y aliño: coliflor, brécol, mini mazorcas, castañas de agua, setas enoki, champiñones, brotes de bambú y quizá alguna más que se me olvida.

Los kung fu noodles sin embargo me han decepcionado, no por el sabor del guiso de cerdo, pak choi, soja y bambú, que me ha encantado, ni por el punto de la carne ni por el buenísimo picante, sino por la misma calidad de la pasta, demasiado gruesa y ancha, al menos para lo que estamos acostumbrados. Tan gruesas tiras le confieren un carácter algo pastoso y pegajoso. Si me cambian la pasta, me enamoro del plato.

Pero pronto me he olvidado porque para acabar me he deleitado con uno de los mejores currys que he comido nunca. El curry amarillo de pato tiene un sabor único, muy aromático y levemente picante. Acompaña maravillosamente en un magret de pato con un punto excelente y se completa con verduras frescas. Lo hemos tomado con el extra de arroz blanco que también llega perfecto y “a la china” como no podía ser menos.

De postre ofrecen tan solo un mochi cheesecake y entre que el cheesecake no es muy chino que digamos y que tampoco los postres son una cumbre de la cocina china, he aprovechado las grandes ventajas de la comida a domicilio y el postre ha sido de Horcher. Aprovechando el maravilloso chocolate y la deliciosa nata que envían con el baumkuchen, los he comido con un simple helado de vainilla. Y estaba perfecto. Ya saben, si no les gusta todo lo de un restaurante o casi solo una cosa -como a mi me pasa con el humus de Honest Greens– mezclen. Es una opción divertida y estupenda.

Ya tenemos otra buena opción a domicilio, esta vez china o mejor dicho, china de autor porque Julio Zhang es un gran cocinero y más que repetir recetas tradicionales las recrea y muchas veces, mejora. La carta está llena de cosas apetecibles que quiero probar pero con lo ya contado creo que basta para recomendárselo encarecidamente.

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