Buenvivir, Cocina, Diseño, Food, Gastronomía, Hoteles, Lifestyle, Restaurantes

Top 10 de los mejores restaurantes de 2016

Debo aclarar que si yo no me obligara a dejar esta lista en diez, bien podrían haber sido quince. O veinte. 

La calidad gastronómica está creciendo al mismo ritmo que la globalización de las cocinas, la creatividad y una enorme y saludable competencia. Por eso, esta lista tiene muchas ausencias. Escoger los diez mejores de Madrid ya sería muy dificil, de España, tarea aún más ardua, pero es que este año les he hablado de restaurantes en varias decenas de ciudades y numerosos países. 

Faltan bastantes en la relación de 2016 y de mis favoritos el siempre mencionado y admirado Ramón Freixa por haber salido ya tantas veces, Quintonil por estar ya en los mejores 2015, al igual que DsTAGE; DiverXo, a pesar de su genialidad, por haber aparecido los dos años anteriores al ser dos restaurantes diferentes y LaKasa, que podría estar siempre y a pesar de tener nuevo local, por haber estado ya en 2014. Todos ellos podrían estar abonados a esta lista, así que los que constan a continuación o son nuevos o entran por primera vez. Con perdón de todos los mencionados y alguno que se queda en puertas pero diez es diez, ni más ni menos…

Coque: que Mario Sandoval es uno de los grandes de España y el único de los madrileños que practica la madrileñidad, es cosa sabida. Siempre debió figurar en esta lista pero por culpa de estar en Humanes nunca había ido. Las varias veces de este año han sido un festival de imaginación, profesionalidad, buen hacer, trato delicado, recetas sobresalientes y muchos méritos a la espera de la tercera estrella que seguramente conseguirá cuando -en breve- se instale en Madrid

Quique Dacosta: conseguir y mantener tres estrellas Michelin fuera de una capital y de cualquier circuito gastronómico convencional es una proeza que Quique Dacosta consigue con una mezcla asombrosa de belleza y sabor mediterráneo, de vanguardia y clasicismo. Vale la pena la visita e incluso merece, una peregrinación. 

Alain Ducasse Le Meurice/Benoit: tanto en la versión sofisticada, brillante y tremendamente cara del hotel Le Meurice como en la del bistró elegante y decimononico que es Benoit, Ducasse demuestra que es el más grande cocinero de su generación y un gran maestro del pasado que sobrevive con tesón, simplicidad aparente y una enorme sabiduría. La gran Francia en estado puro. 

Lasarte: para muchos ha sido una sorpresa la concesión de su tercera estrella al Berasategui barcelonés. No para mí porque todo es deslumbrante en este restaurante enorme, admirable en el cuidado de los detalles y que ofrece el equilibrio perfecto entre modernidad y tradición, elegancia y sencillez, sabor y sorpresa. El servicio es perfecto y una rara prueba de que un grande de la cocina (al igual que Ducasse) puede mantener la excelencia a pesar de su ausencia. 

Gaytán/La Cabra: apenas acabando la primavera Javier Aranda, el chico de oro de la restauración madrileña, abrió Gaytán haciendo la proeza de mantener La Cabra con dos diferentes cartas y en apenas unos meses ya tiene su primera estrella en Gaytán (La Cabra ya la tenía). Muy merecida porque la puesta en escena es espectacular y la comida un feliz muestrario de creaciones que renuevan la cocina manchega. Además, La Cabra sigue siendo el bistró más completo y refinado de Madrid

Alma: parece que la aburridisima aunque sabrosa cocina portuguesa está despertando de su letargo y empiezan a surgir restaurantes que intentan una tímida vanguardia que renueve un panorama anclado en el siglo pasado (o en siglos pasados). Al liderazgo de José Avillez se une ahora Henrique Sa Pessoa con una propuesta muy personal, sofisticada y madura, en un bello restuarante varado en el barrio más poético de la muy lírica Lisboa

Noor: después de recorrer muchos restaurantes y numerosas ciudades, Paco Morales demuestra su gran maestría encontrando su lugar en un restaurante galáctico hecho a su medida que, sin embargo se inspira en la cocina anadalusí del Siglo X, una propuesta tan arriesgada  como apasionante que deja sin aliento. 

Cebo: el gran Hotel Urban de Madrid necesitaba a un buen cocinero y Yeyo Morales, discípulo aventajado del gran Paco Pérez de Miramar, un mecenas que entendiera su obra arriesgada de fuertes sabores y variadas técnicas. Ahora lo tiene todo y por eso su restaurante ha sido la más sorprendente apertura de este año en Madrid 

Carlos Oyarbide: la oscuridad del local contrasta con la luminosidad de la cocina de Carlos Oyarbide, un cocinero que sobresale entre esta importante e histórica casta de chefs navarros. En su nuevo local de Madrid practica -y borda- una cocina serena y elegante discretamente renovada. 

A Barra: avalado por las bondades de Álbora y de la mano de Juan Antonio Medina, antiguo jefe de cocina de Zalacain e instalado en el histórico local de El Bodegón, también ha sido sorpresa de la primavera por su originalidad, su consumada maestría con el trampantojo, su espectacular decoracion y por el excelente servicio capitaneado por uno de los grandes, Jorge Dávila. Tanto el menú degustación de la barra como la carta del más formal restaurante son excelentes y aptas para todos los gustos. 

Estándar
Buenvivir, Cocina, Diseño, Food, Gastronomía, Lifestyle, Restaurantes

Diego Guerrero sin caireles

Diego Guerrero asombró al mundo de la gastronomía como alma mater del Club Allard. Allí, silenciosa, lenta y cautelosamente, creó una prodigiosa cocina que aunaba las delicias del sabor con unas creaciones bellas y sorprendentes. Su espíritu viajero le hizo incorporar a su recetario técnicas y sabores de Extremo Oriente, México o Perú, entre otros muchos lugares del mundo. 

Minucioso, perseverante, reflexivo y culto es todo un espectáculo verle ensimismado, como un científico o un alquimista -¿hay diferencia-, elaborando con mimo cualquiera de su creaciones, absorto, totalmente fuera del mundo y, sin embargo, sin perder detalle de cuanto acontece a su alrededor. 

Viniendo del pomposo refinamiento del Club Allard, donde era tan solo cocinero, DSTAgE había de ser todo lo contrario, porque en este espacio Guerrero se hacía empresario creando su propio negocio, un lugar imprescindible en el que se transita por los nuevos rumbos de la alta cocina: la participación del comensal, la interacción con los cocineros, el servicio respetuoso pero distendido y el espacio elegantemente informal. Ya en mi primera visita, recogida en El fulgor de los astros, me cautivó de tal modo que hasta predije su primera estrella Michelin

Se accede primero a un bar con sillones disparejos y gastados colocado en torno a mesitas bajas. Al fondo del local, una cocina desnuda y abierta. Entre medias un restaurante que parece traído de otro país, un espacio austero y sobrio que semeja un almacén a medio derruir, una hermosa nave de paredes desnudas y patio interior que es huerta y jardín. Un lugar neoyorquino y despretencioso realmente diferente, en el que la cocina está dentro del restaurante y en la que Diego y su equipo se afanan en un trabajo intenso y absorbente. 

Y ¿qué demonios quiere decir eso de DSTAgE? Pues helo aquí: Days to Smell Taste Amaze Grow & Enjoy.

​​La experiencia DsTAGE comienza en el bar mientras se toma el aperitivo. Allí llega una caja, como de lonja de puerto norteño, con el marisco del dia, esta vez unas fresquísimas navajas al natural con dashi de apio y leche almendras. Cuando se diluyen los vapores que las envuelven salen a la luz los moluscos, que realzan su sabor con todo lo antedicho y el escondido toque del néctar de café

Los mariscos son Galicia viajera pero la secuencia del pandan es puramente thai. El pandan, pandanus amaryllifolius, es una planta tropical ampliamente utilizada en la cocina del Sureste Asiático. Se da poco en la naturaleza pero se cultiva mucho. Primero llega en forma de pandan radish que es la hoja de pandan con su propia gelatina y sobre ella una heladora y deliciosa nieve de radish que no es otra cosa que rábano. Para acompañar/enriquecer, y en recipiente de plata, té de pandan, una exótica infusión de hoja de pandan. 


Sigue Tailandia en un bocado, también de pandan: un perfecto y suculento mochi con coco asado, lima citronella y pandan. Efectivamente es Tailandia en un bocado. 

Pero como Guerrero es señor de muchas cocinas, México irrumpe en el menú en forma de algo tan mexicano como el aguacate asado. Lo prepara con una sorprendente yuca fermentada y con la salsa más chispeante y picantona de la cocina mexicana, el mole, un invento de religiosas oaxaqueñas más excitante que los suspiros de monja o los bartolillos

Uno de los grandes platos de Diego es el pulpo a la llama, mexicano también donde los haya por causa de esa delicia llamada tomatillo y que envuelve el pulpo, escondido a su vez en la espuma resultante de la propia cocción. 

Después de Tailandia y México espera otro salto, esta vez a España. La morcilla de Beasain con puerro joven y ceniza parece una alubia blanca, porque Diego Guerrero es el rey del trampantojo, pero en la boca es morcilla pura. 

De Perú, otra de las grandes cocinas del mundo, llega la castañuela ibérica «encausada» (envuelta en patata) y con el inconfundible y picante toque del ají amarillo. Por si tanta opulencia no fuera bastante, el plato se remata con una crujiente y marina sal de camarones. Marinados de anticucho completan este plato complejo y delicado. 

El bacalao en salmuera con jugo ibérico de kombu llega en un recipiente nacarado que parece el interior de la concha que apoya a Afrodita en el cuadro de Boticelli. El bacalao se cocina suavemente a la brasa y la salsa de alga kombu y las perlas de sagú lo engalanan convenientemente. 

El solomillo del carnicero, también llamado solomillo del inglés, es una carne que fue despreciada durante mucho tiempo por su aspecto. Lo que hoy se consideran delicadezas, antaño parecían taras y, ante la dificultad de venderlo, era el carnicero quien disfrutaba de sus toques tiernos, de esa jugosidad que rezuma por sus poros y del delicado sabor de esta pieza. 

Diego Guerrero la rescata y se luce con ella exhibiendo muchas técnicas y toda la complejidad de su cocina en la que, tras una aparente sencillez, se esconden todos los retruécanos del barroquismo culinario. Primero presenta el plato plagado de flores y hierbas como una especie de jardín mágico del que emergiera el hechizante Puck, tal parece el escenario de El Sueño de una noche de Verano. El diminuto prado se llena de calabaza dulce, garbanzos de tamarindo, raíz de cilantro, tierra de setas y hojas de capuchina, nombres que parecen todos los de los ingredientes de la mágica poción que enloquece de amor y deseo a Titanía y Oberón. La carne se cocina -o se mima- de varias formas: primero con la lentitud del horno a baja temperatura, después a las altísimas de crepitantes brasas y, para acabar, ya en la mesa, en una caja que esconde ascuas de whisky y la llena de aromas a turba y musgo.

La begonia helada, margarita, manzana apio es el contrapunto refrescante que nos prepara para los postres. Colocada sobre un cubo de hielo bellamente rotulado con el anagrama de la casa, tiene toques frutales, florales y hasta suavemente alcohólicos porque la margarita no es la flor sino el cóctel del mismo nombre. 

La originalidad del corte de patata y trufa es patente y mucho hay que atreverse para mezclar estos ingredientes en un postre. La patata helada es un suave helado que, bajo dos barquillos crujientes, se mezcla con aromas de trufa que aquí sí que saben a postre. 

Tampoco el maíz es un postre al uso. La falsa mazorca con textura de merengue se coloca sobre un lecho de dulce infantil y de feria: algodón de azúcar. Este sirve como envoltorio para el maíz formando todo una especie de taco que también puerilmente se come con las manos. 

El albaricoque está nixtamalizado y para esta técnica de deshidratado se usa nada menos que cal viva. Relleno de suero de vaca parece un bocadito de nata pero mucho más frutal y saludable. Perfecto para el café… para cualquier cosa. 

DSTAgE acaba de cumplir dos años y en ellos se ha convertido en uno de los restaurantes más interesantes de España, porque la cocina de Guerrero se ha concentrado en lo esencial alcanzando el tuétano de su culinaria.  Los platos han pedido en belleza, pero han ganado en profundidad como si pretendiera que la estética, la forma, no nos distrajera del fondo. Yo soy devoto de ambas cosas pero ya hubo quien le quitó los caireles a la rima* y, puestos a escoger, mejor contenido que continente, especialmente si es el de ese torrente de sabores, creatividad e inteligencia que definen la cocina de Diego Guerrero. 

*Deshaced ese verso

Deshaced ese verso.                           Quitadle los caireles de la rima,                  el metro, la cadencia                                        y hasta la idea misma…

Aventad las palabras…                                     y si después queda algo todavía,                  eso será la poesía.

¿Qué importa.                                                  que la estrella esté remota                              y deshecha la rosa?…

Aún tendremos                                                   el brillo y el aroma.

León Felipe                                               (Versos y oraciones de caminante, 1920-1930)

Estándar
Buenvivir, Cocina, Diseño, Food, Gastronomía, Restaurantes

El Top 10 de los mejores de 2014 (de 20 a 200€)

Bord’Eau está en Amsterdam y al borde de un canal. Su cocina, tan sabrosa como refinada, se elabora con una altura técnica admirable. Siendo muy caro, dispone de un menú de mediodía realmente apto para muchos bolsillos.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0892.jpg

DiverXo es el genio desbocado de David Muñoz o quizá sea al revés. Es el último vanguardista de la cocina española, el que más arriesga, el que más innova. Por eso es polémico. Sus logros están llenos de exageración, pero todo lo que toca lo convierte en oro puro, el de la imaginación, el gusto y la excelencia.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0408.jpg

Ramón Freixa es ya el talento maduro de una cocina que, siendo muy española -y catalana-, es absolutamente personal. Sus platos son bellos y elegantes y su excelente preparación de cocinero de altos vuelos, planea sobre todo pero sin que se note. Como ocurre en toda gran obra, hace fácil lo difícil.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0497.jpg

La Terraza del Casino es el lugar en el que Paco Roncero -el tercer componente, con los dos anteriores, de la Santísima Trinidad de la cocina madrileña- practica su creatividad elegante. Es una bella atalaya para una cocina con estilo que decae cuando el amo no está, pero que siempre brilla, incluso con el simple recuerdo.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_08691.jpg

DSTAgE: después de años en el Club Allard, sin él en horas bajas, el nuevo restaurante de Diego Guerrero ha llegado con la fuerza arrolladora de quien todo lo conquista, hasta una estrella Michelin en muy pocos meses. Su cocina tremendamente creativa y que sabe a todo el mundo, se reviste aquí de cierta informalidad y de un nuevo concepto (desenfadado) del lujo.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_08681.jpg

Zuma Miami: el lugar de todos los excesos digno hijo de una ciudad tan desmedida como esta; exuberancia latina con recato oriental. Su brunch parece las bodas de Camacho en versión tecno o la Ciudad Prohibida poblada ahora por yates, tacones de aguja, músculos y minifaldas.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0431.jpg

Atelier Robuchon: hay restaurantes en los que el toque mágico del maestro es tan poderoso que cualquiera de sus discípulos puede interpretarlo. Jamás he visto a Robuchon en este ni en ninguno de sus restaurantes, pero su genio es ubicuo y su cocina magistral. Aquí tuve síndrome de Stendhal por causa de unas chuletillas de cordero.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0545.jpg

Castro Flores: después de intentar modernizar la cocina portuguesa, el chef Castro Silva se ha resignado a los caminos tradicionales que le imponen sus clientes, so pena de arruinarse. Aunque parezca una coqueta casa de comidas, su talento persiste en las recetas más humildes refinando lo más acendradamente portugués.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0652.jpg

Sudestada es cosmopolitismo en estado puro. Toda la cocina de Extremo Oriente mezclada con España pasando por Perú y otros lugares y elaborada por un gran cocinero argentino, lo cual es otro modo de ser español y no serlo. Sabores fuertes y chispeantes en una carta que nunca para de renovarse a precios razonables.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0893.jpg

LaKasa era nuestro secreto mejor guardado. Ya no lo es. Cesar Martín ha conseguido inventar el bistró madrileño, un restaurante de barrio a precios asequibles pero lleno de refinamientos culinarios, como la excelente y cambiante tabla de quesos. Será que su mujer es francesa y su inspiración le ha hecho abrir un camino por el que deberían transitar muchos. Grandes productos impecable e imaginativamente cocinados.

/home/wpcom/public_html/wp-content/blogs.dir/835/64359798/files/2014/12/img_0894.jpg

P. S. Para ver la crítica de cualquiera de estos restaurantes, basta con hacer clic sobre su nombre.

Estándar
Buenvivir, Cocina, Diseño, Food, Gastronomía, Restaurantes

Los estetas

Primero solo fue alimentación, más tarde sofisticación y opulencia, después revolución y cada vez más, esteticismo. La cocina quiere ser una experiencia artísticosensorial completa y los cocineros son conscientes de que todo comienza con la mirada. Sus presentaciones beben de las artes plásticas, de la moda y de cualquier soplo donde se contenga un destello de belleza.

Comparto con ellos, como aficionado, esa incansable búsqueda. Por eso no es casual que a los que llamo la Santísima Trinidad de la cocina madrileña (Roncero, Freixa, Muñoz) sean a su vez los artífices de los más bellos platos, pero en esto de la gran belleza, quizá podríamos sumar al trío a dos más (Velasco y Guerrero) y convertirlo en quinteto.

En recientes visitas me han sorprendido varias de sus presentaciones que me gustaría resaltar aquí como las mejores del otoño, aunque quiero decir, desde el principio, que quien se lleva la palma, por originalidad, audacia e imaginación, es Ramón Freixa, quien ha alcanzado altas cimas de belleza en su nuevo menú.

Vayamos de menos a más. Diego Guerrero ha evolucionado enormemente desde su triste salida del Club Allard, actualmente en horas muy bajas, mientras que su DSTAgE ha sido la gran sensación del año. La estética no es la mejor de sus características pero de repente tiene destellos de gran brillantez, como su plato de cebolla, tan simple como sobresaliente en su mezcla de texturas y colores, de bolas y espirales, una espacie de esférico laberinto.

IMG_0868.JPG

Oscar Velasco, el chef de Santceloni, me sorprendió con una elegante y colorista lubina con cebollitas y llamativos toques de remolacha que comparte con un cuadro hasta los toscos brochazos que alfombran el plato.

IMG_0870.JPG

Paco Roncero, en La Terraza del Casino, crea también belleza, aunque últimamente se repite y se ausenta demasiado, cosas de la fama, lo que hace que el servicio y la calidad se resientan. Pronto tendrá que elegir entre ser famoso y decadente, como Sergi Arola, o prestigioso y líder. Mientras tanto, sigue haciendo una bella moluscada.

IMG_0869.JPG

También resalta la espléndida tórtola con escabeche de zanahoria, una composición sencilla y refinada.

IMG_3287.JPG

Y llegamos por fin a Freixa, el que más pronto que tarde se puede convertir en el número uno de los madrileños, por seriedad, por dedicación y por talento. Entre sus últimos platos destacan, por su delicadeza visual (naturalmente todos, están deliciosos, pero aquí toca hoy resaltar más la lírica que la idea, la forma que el fondo) la ostra empanada con manzana dorada y quemada, un cuadro divertido en el que los ocres alternan bellamente con los dorados y la inclusión de la luna remite a mundos poéticos y surrealistas.

IMG_0840.JPG

Nada poético, sino transgresor, travieso y culto (por llevar a Tarantino y a otros violentos provocadores como Burgess) es el cerebro del Bang Bang que llega impoluto, para abrirse después y desangrarse.

IMG_0837.JPG

IMG_0838.JPG

Equilibrado y de bellos contrastes de color y volúmenes, es la cuajada de higos y foie gras.

IMG_0839.JPG

Y hasta aquí el breve repaso, sobre el que alguien se preguntará por qué me detengo tan sólo en la estética. Pues porque esto es Anatomía del Gusto y porque lo que demuestran todos estos platos, y eso es lo importante, es que ya no nos basta con comer y eso es buena cosa porque si el hombre ha podido hacer del grito lengua de amor y canto y del puro sexo erotismo y amor, también ha convertido la mera necesidad de nutrirse en gastronomía, belleza y sueño.

Estándar
Buenvivir, Diseño, Gastronomía, Restaurantes

El fulgor de los astros

IMG_0731.JPG

Diego Guerrero, creador del Club Allard, en el que consiguió dos estrellas, era un artista sin mecenas. Peleado con estos, ellos siguieron como si tal cosa. Es como si la baronesa Von Meck, patrona de Tchaikovsky, o Ludovico Sforza, de Leonardo, hubieran pensado que el aprendiz podía ser como el maestro y hubieran continuando sin ellos. Y… copiando sus obras.

Además de censurar ese error, cabe preguntarse a quién pertenece el plato, porque los dueños de los restaurantes acostumbran a quedarse con las creaciones cuando el cocinero se va -o es ido-, situación que sería escandalosa en cualquier ámbito artístico. La obra es del creador o del patrocinador? Sea como fuere, lo importante es que el intérprete sólo copia y el creador inventa cosas nuevas.

IMG_0735.JPG

Quizá no hay mal que por bien no venga y esa crisis haya servido para que Guerrero pudiera prescindir de socios/jefes capitalistas y abrir su propio negocio, DSTAgE, un lugar imprescindible en el que se transita por los nuevos rumbos de la alta cocina: la participación del comensal, la interacción con los cocineros, el servicio respetuoso pero distendido y el espacio elegantemente informal.

Este parece un almacén a medio derruir, una hermosa nave de paredes desnudas y patio interior que es huerta y jardín. Un lugar neoyorquino y despretencioso realmente diferente, en el que la cocina está dentro del restaurante y en la que Diego y su equipo se afanan en un trabajo intenso y milímetrico.

IMG_0737.JPG

No hay carta. Sólo dos menús a 88 y 110€, precios ciertamente altos, pero que no me atreveria a calificar de caros, si tenemos en cuenta que para menos de 40 comensales trabajan casi 20 personas y que los platos son tan abundantes como singulares y costosos.

En todos revela una fuerte imaginación, excelente técnica y sobre todo, un enorme conocimiento de otras cocinas. En el menú actual, las influencias de México y Japón son enormes. Es estimulante ver a lo lejos la pasión y la minuciosidad con la que Guerrero, al frente de su gran y eficiente equipo, prepara cada plato. Dirigiendo e inspirando, pero trabajando como el que más.

La comida comienza en un bar de aire industrial y estudiadamente destartalado con un excelente y crujiente bocabit de ternera con salsa de cajún y anchoa

IMG_0727.JPG

Y con unas fresquísimas zamburiñas bloody de gran sabor y casi inexistente aliño porque no lo necesitan. Como ya hacia en el Club Allard las sirve en una caja de mariscos repleta de nitrógeno líquido que es como esa espesa niebla de los teatros, lo que allí llaman hielo seco. No creo que sea necesario, pero aporta gracia y espectáculo. La bastedad de la caja que desentonaba tanto en el ambiente burgués del Club, aquí resulta perfecta en tan desnudo decorado.

IMG_0728.JPG

IMG_0729.JPG

En la barra que separa la cocina del comedor y que permite disfrutar del espectáculo de unos artífices que parecen músicos, llega el sandwich de sandía helada, relleno de un guacamole levemente picante, sencillo, delicioso y sumamente inventivo, pura sandia previamente helada para endurecer la fruta que hace de pan. Se acompaña de un cóctel mexicanísimo a base de cerveza.

IMG_0730.JPG

La parte que se consume en la mesa comienza con unos bellos corazones de foie que mezclan dulce y salado a la manera de los Ferrero de foie de Freixa.

IMG_0732.JPG

El mochi de huitlacoche está perfectamente resuelto y la mezcla es deliciosa, aunque la masa es menos esponjosa de lo que debería o quizá es porque después de probar el de pato especiado de David Muñoz (ver Gran CIrco DiverXo), ya ninguno puede saber igual…

IMG_0733.JPG

La belleza de la ensalada de encurtidos con morrillo de salmón es lo primero que sorprende del plato. Hasta ese momento todo era correctamente estético, pero nada impresionante. Sin embargo, esta ensalada, fresca, sabrosa, llena de sabores y texturas que no se tapan, es una composición colorista y alegre, realmente pictórica.

IMG_0734.JPG

La torrija de pan tumaca con sardina ahumada es intensa y un descanso sencillo que nos prepara para una de las grandes especialidades de este chef, el trampantojo

IMG_0736.JPG

o sea, algo que parece lo que no es. Los raviolis de alubias de Tolosa son exactamente lo que su nombre indica, una preparación de ligera pasta rosada. En la realidad, es un plato de alubias porque, introducidos en la boca allí está todo, las alubias, los embutidos y hasta la col. Excelente y brillante.

IMG_0738.JPG

La kokotxa de bacalao al pil pil es correcta y perfectamente ejecutada porque el pil pil es una gran salsa de alta cocina, pero salida de los fogones del pueblo más sensible.

IMG_0739.JPG

El chicharro de aleta amarilla en escabeche de kombu es una manera distinta y cosmopolita de preparar un escabeche, mediante el inteligente uso del alga asiática.

IMG_0740.JPG

Lo mismo cabe decir de una castañuela envuelta en hoja de higuera y braseada con curry de coco, una salsa repleta de hojas de curry cultivadas en el patio hortícola del restaurante.

IMG_0741.JPG

IMG_0742.JPG

IMG_0743.JPG

Cuando tras tanta intensidad, todo puede parecer acabado, aún quedan dos sorpresas, los salmonetes en salmuera con escamas crujientes, un delicioso pescado alegrado con toques crujientes y

IMG_0744.JPG

la sorprendente tira de asado con tatemado, una carne macerada en la cámara durante treinta días y cocinada amorosamente a fuego lento, durante muchas horas. Tanto celo le da una delicadeza sin igual y una infiltración de grasa absolutamente perfecta. Se sirve con unas patatas machacadas en la misma mesa y emulsionadas con la intensa salsa de la carne, todo con ese delicioso toque quemado del que toma el nombre.

IMG_0745.JPG

IMG_0746.JPG

IMG_0747.JPG

Los postres nos llegan con las defensas ya muy bajas. Aún así, no están a la altura del resto. El bosque, a pesar de su belleza y de ese delicioso caracol que nos observa amistoso, es escasamente dulce y abusa del merengue

IMG_0748.JPG

y las palomitas de maíz con tocino de cielo y fresas parecen casi una vuelta a los aperitivos cuando lo que se necesita es dulzor y frescor y, para quién se atreve, la intensidad de los chocolates o los sabores fuertes del café o la vainilla.

IMG_0749.JPG

Esos deseos no se sacian con el ajo morado, pero si los de perfección y sorpresa porque, con él, Guerero vuelve a las más altas cotas sirviendo una «auténtica» cabeza de ajos morados confeccionada a base de ajos negros, esos dientes que se dejan a su albur, hasta que ennegrecen y saben más a regaliz que a ajo. El juego es fascinante y el sabor sorprendente.

IMG_0750.JPG

Un excelente final para una comida llena de inventiva, originalidad y pericia técnica. La creatividad de Diego Guerrero, esta más viva que nunca después de tanto tiempo sin mostrarla en un restaurante. Lo demuestra que, acabado de abrir, ya merece los más grandes elogios. Esperemos que ya haya arribado a puerto y en él pueda demostrar que, como decía Victor Hugo, «la belleza vale tanto como lo útil, a veces más».

Estándar